Mucho se ha criticado y acusado al gremio periodístico por el estado de la confrontación en el país. Y es cierto, hay muchísima responsabilidad. Pero es una responsabilidad que no es absoluta, porque es bueno recordar como empezó todo. Cuando por primera vez se empezaron a agredir a los periodistas que cubrían las concentraciones chavistas. Cómo se les destruían cámaras y equipos. O se les golpeaba por pertenecer a uno u otro medio. Destrucción de redacciones en el interior, vandalismo en emisoras de TV, despidos por alguna lealtad política, de lado y lado. Eso ha hecho que la comunicación social en Venezuela se haya teñido de colores políticos indeseables, pero difícilmente eludibles dado el estado de división del país.
Los comunicadores tenemos una obligación que trasciende cualquier lealtad partidista y cualquier ideología y es la defensa de la libertad de expresión, de la pluralidad en los medios y de garantizar que la gente tenga acceso a ellos para hacer sus denuncias. Cuando le fallan los canales regulares lo que le queda a la gente es acudir a un medio a ver si recibe alguna ayuda, a vocear su situación para que todo el mundo sepa.
Hay mucha mediocridad e ignorancia en el ejercicio de la comunicación. Eso es innegable, pero pasa como en muchas otras profesiones. Pero también hay mucha dignidad y vocación. Y hablo no solo por aquellos periodistas y comunicadores con título universitario sino de aquellos que con su talento y oficio ejercen uno de los derechos más preciados que es el derecho a decir lo que se piensa.
Y es por estos comunicadores que quiero hablar. Los que sin importar en qué canal de TV, emisora de radio, periódico, revista o editorial trabajen. Aquellos blogueros que han construido otro medio y ambiente comunicacional en el país. A los que han encontrado en foros en línea un canal de expresión. A estudiantes de comunicación social, de arte y literatura, a locutores y actrices, guionistas, camarógrafos, luminitos, productores y un largo etc. que hacen de los medios no sólo su trabajo sino su forma de expresión. Muchos se han indignado desde el principio con este caso. Otros a mitad y final del camino por las inconsistencias en los argumentos del retiro de esta concesión. Otros están satisfechos con la medida.
Amerita que se piense detenidamente si los que estamos protestando lo hacemos para desestabilizar un gobierno o sólo por hacer oposición. Y lo mismo con aquellos que están de acuerdo, si lo están en apoyo a un gobierno y su proyecto o porque consideran que el retiro de la concesión era necesario y ha sido un proceso justo y apegado a la ley y sus reglamentos en donde todas las emisoras fueron evaluadas, y en consonancia se les renovó o no la concesión de su señal.
Las encuestas dicen que una gran mayoría del país está en desacuerdo con la medida de no renovarle la concesión a RCTV. Se protesta para que haya toma de conciencia de que no se le va a tolerar sumisamente a nadie que abuse de su poder. Es importante mostrar que no se va a recibir sin queja el daño a un principio constitucional por un resentimiento personal y una decisión, que por haberse hecho diferenciaciones entre aquellos que se hallaban en situación similar, se ha convertido en arbitraria y abusiva del poder que tiene que ser ejercido con responsabilidad. Responsabilidad que uno espera y exige de un presidente.
He leído que comunicadores de Venevisión y otros medios, así como estudiantes se unieron a la protesta de la Plaza Brión. Es así como se manifiesta por un derecho. En solidaridad. Como comunicadores no somos soldados de nadie ni estamos al servicio de un proyecto sino en el ejercicio de un derecho que tiene una función social la cual es mantener a la gente informada para que pueda crearse su propia opinión. Por ello es importante la pluralidad, para que la gente pueda contraponer la información y crearse su propio juicio.
Y cito un extracto aparecido en un comunicado del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa, publicado cuando militares se presentaron en la redacción de Últimas Noticias a llevarse fotos que había tomado un reportero gráfico de la agresión a unas mujeres a las que no se les permitió acercársele al presidente en el Panteón Nacional hace menos de dos años atrás.
… la defensa de la libertad de expresión y de las garantías para el ejercicio del periodismo es un deber que nos impone el Código de Ética del Periodista Venezolano, por encima de consideraciones personales, empresariales, políticas, partidistas o de cualquier otra índole y que se necesita de una gran toma de conciencia y solidaridad para enfrentar atropellos como los aquí señalados.
Como dije, no escribí esto para evaluar el desempeño del periodismo en estos últimos años -bastante decepcionante- o para discutir quién es periodista o comunicador y quién no. Sino para recordar de qué se trata esto de ser comunicador en ejercicio. ¿Qué hacemos cuándo tomamos una cámara y publicamos una foto, o escribimos en un blog, o redactamos una noticia para un periódico o salimos con una cámara de vídeo para alimentar el noticiero del día? Esos actos rutinarios a los que estamos tan acostumbrados como comunicadores conllevan una responsabilidad en cuanto a la defensa de nuestros derechos, especialmente el de la libertad de expresión.
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En seguimiento: Página del Sindicato de Trabajadores de la Prensa
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Actualización:
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