Quizás todavía hay indecisos, quizás hay los que piensan que nada va a cambiar y que estamos condenados a que el país termine de sucumbir bajo el poder absoluto de Chávez, ya no de la voluntad del ex-soberano que será el pueblo.
Entiendo que haya gente fiel al proceso bolivariano y socialista y eso no se cuestiona. Lo que se cuestiona es la fidelidad a costa del país cuando son obvios los artículos reformados que atentan contra justamente los predicados de ambas ideologías que promueven libertades y derechos garantizados, y fundamentalmente una profundización de la democracia.
No puede haber profundización de la democracia si el presidente se reserva nombrar vicepresidentes. No puede haberla si el presidente decide cómo gastar el dinero del país sin la supervisión de ningún ente contralor y sin tener que darle cuentas a nadie. No hay democracia cuando en un estado de excepción se mantiene a la gente sin información. No hay mayor democracia cuando el presidente puede ser reelegido sin límites y cuando se extiende un período de gobierno a la duración de lo que serían casi dos en las democracias más avanzadas del mundo. Si se establece la reelección sin límites, lo lógico es que el período de gobierno fuese menor, no mayor.
Este referendum no es para sacar a Chávez y sabemos que salga favorecido el sí o el no, Chávez seguirá presidiendo el país.
Este referendum es para definir la constitución que es nada más y nada menos que el texto que define al país.
Definir el país no puede ser tarea de unos pocos y menos decidirse con un voto luego de pocos meses de discusión y consultas limitadas.
Definir al país tendría que ser un trabajo que orgánicamente saliera de todos los sectores de la sociedad y tomarse el asunto con tiempo y dedicación porque nada queda del apuro, sino el cansancio como bien dice el dicho.
Cualquiera sea tu postura en pro o en contra de esta reforma, ve a votar el domingo.
Yo abogo por el NO, pero fundamentalmente abogo por ejercer activamente lo que hace al país democrático por casi ya cincuenta años. Hemos tenido durante casi medio siglo, alternancia de partidos en el poder, congresos plurales y ejerciendo la memoria recordaremos como la acción ciudadana logró una mayor federación de la república a través del voto de gobernadores, alcaldes, concejales y representantes al congreso que antes se decidían a dedo o por planchas. Votar por el sí es retroceder 20 años de nuestro proceso democrático.
El exceso de poder pervierte los valores, los ideales. Los acomoda a la vanidad, a la falsa sensación de omnipotencia. Digo falsa porque el verdadero poder está en la gente y es la gente que puede poner un freno a los excesos. La abstención sólo sirve para permitir el exceso. Nadie está por encima de su deber ciudadano, y los derechos se pierden si no se ejercen. No tienen garantía de esa manera y mucho menos si en una constitución reformada dejan de existir.
Se confíe o no en el sistema electoral, lo importante es mostrar el activismo ciudadano por el voto. Es más difícil la trampa contra muchísimos que contra unos cuantos.
Querida Kira, ¡que gran concentración!, ¡que tarde estupenda!, ¡que agradable cansancio!
Creo que se han aprendido lecciones; y hay voluntad suficiente lo de hoy es una muestra.
Un abrazo.
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Kira estoy 100% con tu opinión, hay que ir a votar ahora más que nunca, porque través del voto podemos evitar que se imponga un pensamiento único que limite las libertades y los valores democráticos que por más de 50 años nos han caracterizado
El domingo estaremos haciendo nuestra cola en el Consulado
Un fuerte abrazo
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