Breve del monzón

El monzón trae la melancolía a Dhaka. Es inevitable. La lluvia que como película gris nubla la vista de la ventana, la canción insípida y triste del agua cayendo, no hacen sino convocar suspiro tras suspiro. Añorar un adónde ir, un café o un tecito con amigos del alma, una conversación inteligente y honesta. Pero sólo es posible una visita razonable a los medios digitales. Y para nada, para seguir suspiro tras suspiro pensando en los olvidos de Dios para con este mundo que vive mordiéndose la cola como un perro tonto y confundido.

El cielo retumba y vibra ajeno a este pensamiento microscópico. No puedo sino pensar cuán extranjeros somos todos a este planeta. La realidad verdadera es el cielo reverberante, la lluvia que cae, el gris que emploma el ánimo, no las noticias. Las noticias son de fabricación humana, sus consecuencias nuestra responsabilidad. Pero qué cansancio con esta idea. La lluvia debiera lavar todo.

Hay tantas cosas pendientes, y este clima, este desasosiego me sabotean las ganas de terminarlas, pero es un sentimiento temporal, de hoy, de este momento, como tantos otros donde me dejo abrumar por las circunstancias y sucumbo a la tentación de la dejadez. Pero ya. Nada de qué preocuparse. Es sólo un momento que excusan estas líneas, que me acompañan, pero no definen sino este minuto regodeado en el tedio del monzón y sus susurros a los sentidos.

6 comentarios en “Breve del monzón

  1. Para mí «El Monzón» como vocablo tiene una magia que me abruma. Y la sensación que me causa cuando oigo estas dos palabras es eso que tu describes, sin haber estado nunca bajo el monzón. ¿Como el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo? Por algo el «anti-spam» de este comentario era «ElGabo»

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  2. La lluvia que lava. Recordé el fondo de unos versos de Dante donde donde a la lluvia le da una atribución de lo inédito, un borrón que construye fantasía. Es decir, que mientras llueve sí se lava y se construye esa fantasía.
    Cuando visitas los medios digitales y la connotación de desazón que implican, a ratos creo que gracias a esa fragmentación, eso poco que se capta por ahí se recupera un sentido poético.
    Saludos

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  3. Querida Kira!
    Esto fue lo que vino a mi mente, apenas leer tu post:
    Grupo «La Misma Gente»,
    La música la encuentras en «http://www.escribiendo.net/blog/156.html», blog de Daniel Cáceres.
    La letra:
    Cuando era un niño y veía caer la lluvia,
    que no me dejaba jugar.
    No sé precisamente lo que sentía,
    sólo sé que ahora no es igual.

    Porque ahora cuando llueve, sé que donde tu estés
    entristeces un poquito, y te tomas un café.
    Te abrigas bien un rato, no tienes nada… que hacer.
    Y tal vez entonces en mi pienses..

    La lluvia es triste y más,
    si ya hay tristezas,
    y algún vacío por llenar.
    La lluvia es fría y más si te das cuenta, que en tu alma
    nunca va a escampar.

    Coro
    Y cuando llueve no es que llueve, es que Dios aprende
    a llorar, y cuando llueve más te quiero,
    y cuando llueve tu no estás…

    Lluvia son tus ojos. Lluvia es mi intranquilidad.
    Lluvia es esta canción si terminar…
    Otra canción si terminar por tu culpa.

    Lluvia mójala un poquito, y háblale un rato de mi.
    Dile que yo se que en mayo, su cuerpo llueve por mi.
    Dile que de nada, vale amar sin compartir…
    una cama, un sueño, un hijo y un jardín.
    Lluvia dile lo que yo no sé decir.
    Lo que yo no sé decir todavía.

    Porque ahora cuando llueve, se que donde tu estés
    entristeces un poquito, y te tomas otro litro de café.
    Y cuando llueve no es que llueve, es que Dios aprende
    a llorar, y cuando llueve, cuando llueve más te quiero,
    y cuando llueve no estarás…

    Es la lluvia de la calle,
    lluvia sobre mi ciudad.
    Lluvia que tumba los cerros,
    lluvia que me enterrarà.
    Es la lluvia de la gente,
    lluvia de mi soledad.
    Es la lluvia, es la lluvia que te dejo,
    Lluvia para recordar…

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  4. Aquí en Guatemala no se llama monzón, pero es lo mismo.Días de lluvias, de tormentas y de diluvios porque en menos de unos minutos las calles de la ciudad se convierten en ríos.

    Siempre me gusto ver llover.Ahora es diferente demasiada agua, demasiados desastres.

    Un besote, y recuerdos por Dhaka

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