
[Retrato de Anna Ajmátova por Nathan Altman, 1914]
Casi para un álbum
Al escuchar un trueno, me recordarás
pensando: ella añoraba las tormentas…
En el cielo la franja será escarlata ardiente
y abrasará el corazón, como antes.
Eso ocurrirá un día en Moscú
cuando abandone la ciudad para siempre
y retorne al anhelado hogar
dejando entre ustedes sólo mi sombra.
P.143
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Tal vez muchas cosas quieran aún
ser cantadas por mi voz:
lo que retumba en el silencio,
o lo que emana de la roca en la oscuridad profunda de la tierra,
o tal vez lo que en el humo se revela.
Todavía no he aclarado mis cuentas
con el fuego, ni con el viento, ni con el agua…
Pero muy pronto este sopor
me abrirá las puertas de par en par
llevándome tras una estrella matutina.
1936-1960. Ciclo Secretos del oficio.
P.105
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Nuestro oficio sagrado
existe hace miles de años…
y sólo con su luz le basta al mundo.
Pero ningún poeta ha dicho aún
que no existe la sabiduría, ni la vejez,
y puede ser que no exista la muerte.
1944
P.107
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II
Primera advertencia
Qué nos importa al fin y al cabo
que todo se convierta en ceniza,
en cuantos precipicios canté
y en cuantos espejos viví.
Que no sea yo sueño ni consuelo
y mucho menos paraíso.
Pero puede ser que con frecuencia
tengas que recordar
el rumor de las líneas sosegadas
y el ojo que oculta en el fondo
aquella corona de flores, punzante y oxidada,
en su tranquilo silencio.
Moscú, 1963
P.151
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Tú me has inventado. No existe en el mundo
alguien así. No podría existir.
Ni los médicos curan ni los poetas alivian,
la sombra de un fantasma te perturba día y noche.
Nos encontramos en un año monstruoso,
cuando las fuerzas del mundo se habían agotado,
todo estaba marchito y enlutado por la desgracia,
y solo las tumbas eran frescas.
El talud del Neva, sin faroles, era negro azabache.
La noche sorda se erguía alrededor, como un muro.
¡Entonces mi voz te llamó!
¡Qué hice! Yo misma aún no lo entiendo.
Y tú llegaste a mí como una estrella conocida,
huyendo del trágico otoño,
hacia aquella casa desolada para siempre,
de donde salió una bandada de poemas incinerados.
1956. Ciclo El escaramujo florece
P.139
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La Musa
Cuando aguardo su llegada por las noches,
pareciera que la vida pende de un cabello.
¿Qué son los honores, la juventud, la libertad,
ante la dulce huésped con su flauta en la mano?
Y entra, me mira fijamente
y me quita la manta.
Le digo: «¿Fuiste tú la que le dictó a Dante
las páginas del Infierno?» Y responde: «Yo»
1924
Indagando para la escritura del post encontré este audio rarísimo de la Ajmátova recitando en ruso este poema. Para los rusos, la declamación de poesía es un arte que debe ser dominado por todo poeta. Generalmente, la declamación tiene un tono muy dramático. Este audio es una rareza sobre todo porque Ajmátova pasó una buena cantidad de su vida impedida de escribir y publicar poesía por el estado, por lo que no está bien documentada audiovisualmente. La poesía de Ajmátova es una crónica de su vida y como tal era considerada de ningún uso para la Revolución. Una poesía ajena al realismo social impuesto como género en todas las artes, pero de crónica de los sufrimientos de las persecusiones desde un óptica íntima.
Durante los últimos años de su vida fue rehabilitada por el régimen aunque aún su conjunto de poemas más famoso Réquiem siguió siendo censurado hasta mucho después de su muerte en 1966. Réquiem fue publicado legalmente y por primera vez en Rusia en 1987, aunque ya había sido ampliamente diseminado en el exterior gracias al contrabando de los samisdat, ediciones hechas a mano que circulaban de forma subrepticia al margen de las autoridades responsables de aprobar toda publicación. Se especula que Stalin no se atrevió a eliminar a Ajmátova, tal y como hizo con otros poetas, por su extrema popularidad entre la gente.
La grabación es de 1963 y fue tomada de un documental llamado The Anna Akhmatova File. A mí siempre me impresiona oír poemas en la voz de sus autores. Me gusta oír en sus voces la resonancia de lo que los inspiró.
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Los poemas fueron citados de:
Anna Ajmátova. Soy Vuestra Voz. Antología.
Selección, prólogo y traducción del ruso Belén Ojeda.
Edición Bilingüe. Ediciones Hiperión, 2005.
Madrid, España.
Sobre la traducción:
Belén Ojeda es venezolana. Músico y poeta, y quizás autora de las mejores traducciones de la Ajmátova que he leído. Teniendo la suerte de leer algo de ruso puedo decir que es de las más fieles. Mientras otras traducciones intentan reproducir la rima de los poemas de Ajmátova, Ojeda se afinca en la traducción más literal pero más fiel al sentido y contundencia de las palabras de la poeta. He coleccionado por años versiones de las traducciones de Ajmátova, se consiguen algunos poemas de las más difundidas de María Teresa León y Rafael Alberti, creo que versionadas del francés. No se comparan con ésta. Y olvídense de las del inglés. El castellano se adapta mejor a ciertas metáforas, sentido de las palabras y gramática rusas.
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Bangladesh-India connection:
Ajmátova tradujo 8 tomos de las obras completas de Rabindranath Tagore del inglés al ruso. Mucha de la obra de Tagore, la tradujo él mismo al inglés del bengalí. Y ella tradujo del inglés.
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Más sobre Ajmátova:
Biografía y significado de su obra (inglés – la mejor que encontré)
Ajmátova en wikipedia en español
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Nota marginal:
Anna Ajmátova es una de mis poetas favoritas. Me proporciona un vínculo, imágenes con las que me puedo relacionar, a las vidas de mi bisabuela y mi abuela por lado paterno. Me gusta pensar que quizás se cruzaron alguna vez en San Petersburgo o que quizás mi bisabuela fue a alguno de sus recitales. Qué iba a pensar esa bisabuela mía, que más nunca vió a su hija luego de la Revolución de 1917, que terminaría teniendo una bisnieta venezolana viviendo en un país como Bangladesh. La globalización no sólo la han producido la economía y la tecnología, sino también las guerras.
