He estado muy tentada a bajar la santamaría de este blog. No porque no quiera seguir escribiendo en él, sino porque últimamente prefiero no escribir en él. Quiero decir que las cosas que se me ocurren para escribir no siento que las quiera bloguear. Me siento al frente de la computadora y es como si me bloqueara, aunque tengo miles de ideas que me gustaría postear y compartir, pero algo me impide escribirlas y no sé que es. Por otro lado me siento y escribo otras en papel que usualmente antes venía y las transformaba en un post, pero no puedo ahora. No me provoca compartirlas de esta manera. Estas sensaciones me parecen raras. No sabía que existía el bloqueo del bloguer.
Tengo algunas entradas en la lista de borradores y no sé cu’ando las vaya a publicar. Otras pendientes porque siento que las debo, sobre todo cuentos de viajes. He querido escribir acerca de lo que han discutido varios sobre el periodismo y los blogs, porque quisiera introducir en la discusión el blog cómo género y no como medio. Ojo. No cómo vehículo para postear novelas o poemas u otros ejercicios escriturales sino como género.
Así como la biografía, las memorias, las cartas, los diarios son género, creo que los blogs personales en muchos casos pueden considerarse así. Textos bien escritos que sin el soporte de la plataforma blog y sin la recurrente respuesta de los lectores no tendrían ningún sentido en papel y los cuales en sí, pueden constituirse en una obra. Todos nos hemos cruzado con blogs así, que se nos hacen imprescindibles por el placer que da leerlos… Pero no siento suficientes energías como para escribir una entrada que valga la pena sobre ello. Ando con un sentimiento general de ¿para qué?
Lo mismo con la situación política en Venezuela y los candidatos a la presidencia. Me pregunto para qué decir nada, cuando el panorama se me presenta clarísimo y me parece obvio. Una victoria contundente de Chávez sobre una oposición que no quiere ni puede conectarse con la realidad social del país en que vive, gracias a la cantidad de prejuicios que le impiden ponerse en el lugar del otro. Y por el lado del chavismo, sigue igual mi percepción de un gobierno que empezó con buenas intenciones y se engolosinó con el poder, las salidas fáciles e inmediatistas, y que está acomodándose confortablemente en su nuevo estátus de clase política dominante con mucho dinero disponible. Una base chavista aún ilusionada por un lado y por el otro cínicamente amparándose en el «ahora me toca a mí» para no pensar en el colectivo del país, en la inclusión de esa oposición que tanto le irrita. ¿El futuro?¿Cambios?¿Para qué ni siquiera planteárselos? Hay una suerte de inhabilidad emocional y política de sentir empatía del uno por el otro, en las partes en confrontación en Venezuela. De dar el beneficio de la duda, de confiar en la palabra dada, de llegar a un consenso, de ver la gravedad de los problemas por lo que son y no por el arma política que pueden ser para el proselitismo. Es, apelando a un lugar común, un diálogo de sordos. El escenario es decepcionante y en algunos casos repugna.
Igual en la blogósfera nacional. A veces me encuentro leyendo cuestiones políticas, escribiendo un comentario larguísimo y llegado a cierto punto me pregunto para qué me molesto en escribir tanto si seré catalogada como escuálida o nini, o que mi comentario será respondido a la defensiva y en algunos casos agresivamente si llego a cuestionar siquiera un poco el post en cuestión. Cualquier intento de aproximación será leído con un filtro y disectada cada palabra. Y esa catalogación, no me fastidia, no me insulta, sólo me decepciona enormemente porque quiero pensar que la mayoría de la gente puede salirse de la caja de pensamiento que tiene y liberarse un poco de sus dogmas o sus prejuicios para estar abierta a considerar una opinión diferente. Y en último caso me hiere, porque el país me duele y me duele completo. No es un dolor del «Este de Caracas» y de «qué feo está Sabana Grande«. Es el dolor de sentir que el acto de hablar con alguien de mi país está lleno de desconfianza, que hay que tantear el terreno para no herir susceptibilidades, que la nacionalidad ya es un tema secundario sobre tu afiliación política o simpatías. Y lo digo por las actitudes de cada lado. Porque la oposición en muchos casos es insufrible con sus mensajes de odio y resentimiento tan a la par de las del chavismo extremo. Aquí desde tan lejos, es como si todo el mundo hubiera perdido el juicio ante las circunstancias y la habilidad de analizar las cosas desde ambos puntos de vista, de aceptar (no tolerar, que es distinto) la diferencia y discutir y confrontarse desde esa aceptación…
Es posible que esté drenando aquí la frustración producto de una ingenuidad mayúscula de mi parte de pensar que un diálogo es posible. Pero si renuncio a esa ingenuidad, lo que me queda es el cinismo absoluto y convencerme de que la nobleza de los pueblos no existe, y de que en el caso nuestro, la percepción con la que crecí era equivocada. Quisiera desapegarme pero no puedo. Quisiera discutir lo que pasa, pero todo me parece obvio y sin que cambie en el corto o mediano plazo. Quizás todo esta frustración es la que me esté inhabilitando de escribir aquí. Quizás es la paradoja de sentirme conectada, pero en la realidad estar completamente ajena. Me irrita no tener toda la información a mano, o no tener la percepción en el sitio. Quizás es una frustración empapada de nostalgia.
Entonces, no sé qué hacer con el blog, porque tampoco quiero dejarlo en hibernación indefinidamente, o estar poniendo citas, o foticos o postear superficialidades nada más (digo nada más, porque ellas de vez en cuando son necesarias). Me enoja aún más la poca frecuencia, pero tampoco me quiero dejar arrebatar por las circunstancias. Un blog así no sería mío. Pero al mismo tiempo no termino de encontrar un equilibrio y ello es lo que ha provocado esta suerte de drenaje. Más que descarga es casi una explicación que no sé porqué, siento que le debo a quienes pasan por aquí.
He considerado en dejarlo un rato en reposo aunque no me guste, también para poner en orden archivos, diseñarle una interface más acorde a lo que es y en organizarlo mejor. Algo así como organizar el escritorio para poder pensar, en este caso, bloguear, mejor… Quién sabe si lo haga o si esta descarga haya logrado desbloquearme. Veremos.
Y publico esta entrada sin pensar en errores de tecleo, de acentos, de palabras que me haya saltado o repetido, etc…
Ojalá que hayas drenado porque a mí me gusta mucho la manera como dices las cosas y me gustaría seguir leyendo los K-minos que trazas.
Un beso!
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A veces distanciarse ayuda, poner orden al escritorio para volver a empezar tambien.
Tu animo respecto al pais creo que mucho los tenemos, esa aceptación se ha apoderado de muchos.
Ojala lleguemos todos con bien. Hay dias que tengo la desconfianza a flor de piel, hay dias que dudo que el pueblo sepa lo que quiere..en fin.
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Bra-vo. Yo también me he sentido así últimamente. De hecho, he ido dejando mi blog personal, para centrarme en BlogaCine, que es algo más especializado. Y sin embargo… Pero siento que el panorama de intolerancia y no aceptación se mantiene en la blogósfera y no tiene mucha relación con la realidad. Siento que la intolerancia ha disminuido y que mucha gente ha decidido volver a la suyo. Pero en la blogósfera se han refugiado los intransigentes.
En los últimos días he sentido algo parecido a lo que dices. Pero a mí me pasa más concretamente, pues siento que más allá de la blogósfera criolla, nadie o pocos me leen. Me resulta frustrante porque al final me di cuenta de que escribía para unos pocos que también son autores de blogs, algunos con un esquema de pensamiento cerrado e impermeable que se toman muy mal la crítica.
Entonces, yo también me pregunto ¿para qué?
No sé si me explico.
En todo caso, yo seguiré leyendo tus crónicas de viaje, un género del que soy aficionado y que haces muy bien.
Abrazo fuerte
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Si así te drenas…sigue con confianza.
Esa honestidad hace que seas una persona que atrae a la gente, y que quieran seguir leyéndote.
Esos bloqueos yo prefiero llamarlos «baches» en el camino, pero son sanos…no siempre puedes estar dispusta a publicar todo lo que te pase por la cabeza.
Aunque mi espacio va dedicado a la animación y cultura japonesa, ultimamente escribo tantos temas misceláneos que también siento que estoy perdiendo la perspectiva del blog que cree hace tantos meses con un fin específico.
Como sea, Kira, si decides poner en hibernación tu blog, muchos estaremos esperando hasta que lo «despiertes».
Saludos desde Puerto La Cruz
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Cuando el blog se vuelve una carga hay que soltarlo un ratito. Si no fluye es mejor no forzarlo.
Suerte en tu reflexión y seguimos conectados a través del RSS que me avisará cuando vuelvas
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Recientemente, conversaba con un amigo veneblogger sobre la calidad las notas en k-minos. Se me ocurre que lo más interesante que tienen es la capacidad de convencer, algo que se siente auténtico y que no se encuentra comúnmente.
Así que seguimos pendientes de tus ranteos, cuando te provoque.
También espero que publiques pronto tus apuntes sobre la bitácora como género.
Si te vas a dedicar a restructurar archivos e interfaz, te agradecería que revisarás las opciones de feeds. Hace meses que k-minos no aparece actualizado en Bloglines.
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Gracias por los comentarios en el Cuaderno. También me han levantado el ánimo. Ahora tengo ganas de empezar a escribir varios artículos que llevo rumiando en mi cabeza varios meses.
Un fuerte abrazo, suerte en Tanzania
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A mi me encanta la fluidez con que siempre escribes y los temas, asi que sigue porfa! Creo que los blog son como todo, como la gente, diversos, mas y menos tolerantes, con ides preconcebidas o mas abiertos, etc, etc, etc……..que uno se deja colar por unos, se incluye en algunos, se parta corriendo de otros y se mira mucho en ese espejo que somos todos.
Un beso y mucha suerte en Tanzania!!!! me encantaria leer uno de tus articulos!!! donde se publican?
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Hola Kira! Verdad que has llegado a una encrucijada en el camino, y como alguien dijo ya, es mejor que las cosas fluyan, sin forzarlas, como el Tao. Tómate el tiempo que quieras, regresa si te provoca o si no, quédate, pero de veras me ha encantado leerte, me llega. Tus inquietudes sobre el pais son las de muchos que a veces no hallamos ni como expresarlas. Estamos divididos irreconciliablemente. Algo se rompió y nunca perderé la esperanza de volvernos a unir. Hay que tomar en cuenta lo que verdaderamente es esencial, y como escribió Saint Exupéry en El Principito, «lo esencial es invisible a los ojos, no se ve bien sino con el corazón». Hay un dejo de nostalgia en lo que escribes (homesick). Los que estamos aqui en Venezuela a veces también sentimos esa nostalgia o algo parecido, y eso que estamos aqui. Si te vas y algún dia regresas habrá siempre alguien que te estará esperando. Un abrazo!
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A mi me gusta mucho como escribes, pero no me animo a decirte que sigas si no te sientes como para continuar. En una medida menor, con reflexiones menos pensadas que las tuyas, he pasado por algunas de la etapas que mencionas, pierdo totalmente la razón cuando de frente me encuentro el irrespeto y la intolerancia, pero considero que si se le concede la victoria a la constancia y que mientras existan blogueros que sean equilibrados como tú y comentaristas que respeten y reconozcan al otro no todo está perdido. Defiendo la libertad de que te vayas por un tiempo, para siempre, de que no lo hagas nunca, de que solo comentes, de que solo bloguees. Y esto es lo lindo de hacer el blog…por ahora, sin límites ni para los excesos. Un abrazo.
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La ventaja del blog como género es que me permite sentir un «nomeimportasiestáentanzaniayyoleoestosemanasdespuésporque igualledejarémuchosbesos».
Quizás eso, la interacción afectiva y la permanencia. Porque te puedes ir un ratito. Puedes ir a respirar aire puro, pegar tres gritos, gritar groserías venezolanas al viento de Tanzania, y conectarte con nosotros, la comunidad que has tejido, de esa forma… o volviendo la vista por estos predios digitales.
Eso es estar conectada.
Kira. Los blogs son verbo. Sustantivo. Pese a su inmediatez, faltan el respeto a la temporalidad, pues acabo de leerte algo de 2004, y con el anuncio de tus borradores, ya me hiciste un ping en el alma de lector para volver por aquí luego a devorarlo.
¿se entiende?
El blog además es medio. Sí, lo es. Y es fin. Fin justificado. Y es un nuevo estilo. Pues no de casualidad te estoy escribiendo esto al estilo más oral que puedo una madrugada de Valles del Tuy.
Kira, los párrafos sobre Venezuela pecan de acertados. Ahora asume el barranco de ver cómo se van cumpliendo uno a uno los párrafos. Y pasarlos con un trago de licor tanzanés, en caso de que no cargues ron.
Salud!!
y no te preocupes en volver, porque no te has ido.
(1.20 de la madrugada, mientras se oyen unos disparos)
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Oye Kira, creo que tienes una gran depresión, la padecmos muchos en Venezuela. Me parece muy bien que hayas «drenado» toda esa angustia. A mi si que me duele que TODOS, no podamos disfrutar de una ciudad limpia y hermosa, digo TODOS no unos pocos. No sólo de pan vive el hombre, la belleza del entorno ayuda y alimenta el espíritu.
Medita un poco eso que expresas lo sentimos una inmensa mayoría, yo creo que es la incertidumbre de no saber ,adonde vamos y desconsuelo al no saber como enrumbarnos hacia una nueva sociedad.
No se cuan joven eres, pero inmagínate que sentiran nuestros padres, ante tanta incertidumbre, cuando ademas el camino que les queda es corto.
No puede ahora mostrar vias, no me siento capaz, no los conozco. Es este nuestro gran dilema y pesar
Saludos de Lina
( te envié varias palabras, por el blog de Cheverísimo)
Saludos
Lina
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