[Calle de Esplugues de Llobregat]
Hoy el cielo está azul y sin nubes.
Camino tranquila en este mediodía de entrada al invierno, por las calles de Esplugues de Llobregat, en las afueras de Barcelona. Sigo el curso de algunas calles y un pequeño boulevard hasta llegar a una panadería-café casi vacía. Las mujeres que atienden el local quizás comentan sobre las vidas de sus vecinas, por lo poco que logro entender. Al fondo, un hombre solitario toma un café. Al frente un mujer también sola, toma su cortado con un bocadillo, mirando la calle a través del ventanal de la fachada y de tanto en tanto apunta algo en su pequeño cuaderno.
Esa mujer soy yo, tratando de dilucidar esta paz momentánea, buscando entender por qué la misma asalta, así de repente, y nos invade convenciéndonos de que, a pesar de los horrores del mundo, la belleza del amor prevalecerá y que todo, todo al final, estará bien.
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