Categoría: Palabras

Mujer de mudanzas

El comentario de Khandika al post anterior me hizo reflexionar.
Profesión: Mujer de mudanzas…

Cuando nos mudamos de un sitio a otro, llevamos siempre el equipaje con nosotros.

Equipaje, bagaje, bagazo de cosas, recuerdos, conflictos, sombras e iluminaciones, claroscuros que nos conforman como seres dimensionales que somos.
A veces nos mudamos dentro de nosotros solamente. Cuando decidimos ésta que fui ya no está aquí, ahora está otra. Podemos mudar de comportamiento o un mal recuerdo a los rincones escondidos del olvido. O mudamos una memoria a nuestro presente para alegrarnos con una nostalgia que nos energice o para desenmascarar una sombra que nos trae oscuridad.

Siempre estamos de mudanzas.

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Para más luces sobre la palabra mudar y sus acepciones más o menos meta-físicas visiten http://buscon.rae.es/draeI/SrvltGUIBusUsual?TIPO_HTML=2&LEMA=mudar

Verán que las posibilidades de mudar incluyen hasta el último significado también, el cual para no ofender pudores y mantener la dignidad de este espacio no incluí en la breve reflexión anterior… aunque no sea menos cierta ;).

¡Un cheverísimo 2005!

Hace unos días ví una lista de palabras pavosas de los ochenta y noventa que estaban construyendo en chorro de escape… [el link del post no lo encuentro] y entre ellas estaba chévere. Y la verdad es que me desinfló la idea de que chévere que es una de mis palabras favoritas se considerara pavosa ahora. Si bien tengo 6 años fuera, tengo la idea de que las cosas especialmente el lenguaje coloquial nuestro, el eslang, no podría haber cambiado tanto como para que esta palabra se considerara pavosa cuando es una de las palabras que típicamente nos identifica a los venezolanos en el exterior. Especialmente en España, donde fue popularizada por nuestro principal producto de exportación cultural, la telenovela, con los hits La Dama de Rosa y Abigaíl.

En mi caso, la uso sobre todo cuando estoy con otros hispanos. Es como una manera de reforzar mi venezolanidad. En comunidades pequeñas como ésta y como la que teníamos en Uganda, los unos adoptábamos vocablos de los otros y la verdad es que al final hablábamos un patuá de jergas y acentos que si nos hubieran dejado aislados unos cien años, tendríamos un idioma nuevo basado en el español.

En todo caso, el post viene a cuento porque chévere, como dije, es una de mis palabras favoritas y me levanté pensando en que ojalá este año 2005 lo sea y terminé preguntándome cuál sería el origen de esta palabra. El novelista cubano Lisandro Otero nos dice que antes se usaba en Cuba pero ya no, y en general es considerada ahora una palabra típica venezolana. Para aquellos que les interese, aquí encontré esta explicación del origen en un foro cubano-alemán:

«Don Raúl A. Fernández nos cuenta en la Internet lo siguiente: La palabra chévere o ‘chebere’ existe y ha existido en el lenguaje ‘efik’ de la costa occidental de Africa. Durante más de dos siglos el vocablo es usado en estribillos cantados en la sociedad secreta ‘abakua’ de Cuba, conocidos generalmente como los ‘nanigos’. El vocablo significa el bravo o el chulo. Los ‘abakuas’ se organizaron en logias de su sociedad secreta llamadas ‘plantes’ en La Habana y Matanzas. Como parte de su liturgia los iniciados participaban en procesiones públicas en las ciudades de Regla y Guanabaco, no tanto en La Habana propiamente dicha, donde uno de los cánticos entonaba así: Ekue, ekue, sabiaka mokongo ma chebere…. Esta tonada se encuentra en grabaciones basadas en temas ‘abakua’ grabados en Cuba por Cachao en los años cincuenta, y luego por Tito Puente: Chévere, chévere… mi mulata sí que es chévere. Es a través de la música que palabras como chévere (del ‘efik’) o ‘ache’ (del ‘yoruba’ o ‘lucumi’) tan usada por Rolando LaSerie y Celina pasan al vocabulario de todo el Caribe. Sobre el origen de la palabra los interesados pueden consultar la obra de doña Lydia Cabrera, La sociedad secreta abakua*, publicada en Miami y Barcelona. (Ven., Hon., Cub. y Col.) 2.- En México la expresión está chévere tiene el mismo significado que las siguientes expresiones: está suave o está buenísimo. Esto demuestra la [gran] difusión que ha llegado a tener la expresión venezolana. (Méx.)»

* Cabrera, Lydia La sociedad secreta Abakua; narrada por viejos adeptos. Ediciones CR, Havana. 1959, 296p. + 16p. illus.

Metalhen en un post también se pregunta sobre el significado, lo cual generó una serie de comentarios interesantes. En la búsqueda encontré también esta página con venezolanismos y esta otra de mi punto.com, y otros «ismos» listados por BBC mundo realizada con el aporte de los lectores. También ésta de expresiones venezolanas con la traducción en inglés… que de verdad que da risa porque las traducciones suenan como un helado de yuca. Insípidas y sin gracia. Una última de venezolanismos históricos en el sitio de la Fundación Polar.

Pero, bueno, sé que los cambios políticos y todo lo que está pasando en el país ha introducido no sólo vocablos nuevos sino otra manera de decir las cosas, empezando por los famosos soberano, escuálidos, etc.

Mi nostalgia prefiere pensar que las cosas no han cambiado tanto y que por lo menos chévere sigue siendo una palabra benévola, ideal y venezolana para desearles cosas buenas para el 2005! Sé que no es la mejor, hiperbólica y grandilocuente expresión que podríamos escoger como que sea de pinga o arrechísimo, pero para como están las cosas en el mundo, chévere creo que es más realista y asequible… y para darle énfasis pues que el 2005 sea cheverísimo!

Como epílogo a este post un hermoso artículo de Angel Rosenblat sobre el castellano en Venezuela

{PD: Agradeceré me den datos sobre palabras que ahora se usen y que hace unos 5 años nada que ver.}

La palabra del día por Ricardo Waale.

A los pintores les debe suceder: fascinarse con los colores sobre sus paletas… A los músicos con las voces de la escala musical…Y a nosotros nos sucede igual, pero con las palabras.

Hoy, por ejemplo, libélula. Todo el día, libélula.

Li-bé-lu-la. Libé… lula. LI-BÉ-LU-LA. Liiiiiii… béééééé…luuuuu… laaaa… Libélula.

Una palabra que gusta; que me gusta. Sólo por la palabra, porque en el fondo no sé qué cosa realmente es una libélula. A veces me sucede con el abecedario, y es entonces cuando me rebelo contra la ortografía. Hay tiempos en que puede gustarme una letra en particular -la «K» por ejemplo-, y entonces, a sabiendas de lo que es una caraota prefiero escribir karaota, o poner en el renglón lugar de nacimiento de los formularios Karacas. Cosas a sí muy simples y sencillas de comprender, pero siempre malinterpretadas como una extravagancia o un signo de provocación. Naya miá lellano a la beldá.

Entonces, libélula. Bueno, tengo una idea: pienso que es un bicho. También la asocio con helicóptero o con una lágrima de agua. Conclusión: una libélula ha de ser un insecto que puede detenerse a llorar agua en un mismo punto en el aire.

Como soy muy precavido -y aunque parezca increíble, no todos pensamos igual- busco a veces en el diccionario para ver qué se piensa sobre una palabra «X». A veces es muy triste porque uno cae en cuenta de que se está, como quién dice, meando fuera del perol; o que uno mea, acaso, en un perol muy distinto.

Veamos: libélula. f. Insecto de cuatro alas membranosas, que vuela rápidamente cerca de las aguas, llamado vulgarmente caballito del diablo.

Casi, pero de helicóptero nada, más bien un jumbo con cuatro alas. Luego, no llora agua sino que vuela sobre ella. Bonito eso de que también la llamen caballito del diablo.

Cosas así suceden con las palabras, todo un mundo, un mundo de letras que afecta nuestro personal universo mental. Una fantasía más, sin duda: la vida es un juego y el mundo su juguete. La única regla es saber jugar, no vaya a ser que por zoquetes nos lleve el diablo… en su libélula.

Texto extraído del libro Memorias en la Laguna de Ricardo Waale.
Monte Ávila Editores Latinoamericana. Caracas, 2003.