14.658.921 fueron los metros nadados por Rafael en colegios, clubes deportivos y sociales en toda Venezuela y en Alemania, Estados Unidos, Canadá, Colombia, Costa Rica, Cuba, España, Francia, Holanda, Islandia, México, Panamá, Puerto Rico, Reino Unido, Seychelles, Suiza y Uruguay.
Rafael no sólo ganó una medalla olímpica para Venezuela, ganó también medallas en panamericanos, nacionales, regionales, etc. Y al momento de ganar su medalla fue la mejor tercera marca en una olimpíada donde (si no recuerdo mal) los tres medallistas de los 200 mariposa rompieron el récord mundial. Como reseña Alberto Pérez en el libro de visitas de la página del homenaje «no solo logró la primera medalla olímpica de Venezuela en un deporte tan difícil y de élite como lo es la natacion sino que su tiempo en 200 mts mariposa (1:57:51 logrado en Los Angeles 1984) hubiese sido medalla de plata en las siguientes 2 ediciones olímpicas (Seoul 1988 y Barcelona 1992), además con su tiempo hubiese quedado de 4to. en la edición de Atlanta 1996, 12 años después. Está entre los mejores 10 nadadores en 200 mts Mariposa de toda la historia de la natación mundial.»
Tengo recuerdos de él nadando en la piscina del Parque Miranda cuando eramos unos «piojos». Yo tendría unos 6 años y el 8, luego más tarde adolescentes también en la misma piscina y en la del colegio Santiago de León de Caracas, bajo los gritos de ánimo del viejo Victoria. Y luego en la de la Universidad Simón Bolívar cuando iba a nadar todos los días con el equipo porque andaban entrenando para los panamericanos. Todos fuimos al complejo en Montalbán a aupar a nuestro equipo.
Y por supuesto jamás se irá de la memoria de muchos de nosotros el momento de la medalla olímpica. Los medios andaban enfocados en el «Tiburón» Mestre, quien aunque excelente nadador tendría una mayor competencia en su categoría. Rafael tranquilo y sin tanta fanfarria se llevó el bronce.
Luego la presencia de Rafael se nos hizo familiar en la tele. Ni su medalla ni su entrada en la farándula deportiva de la televisión le subieron los humos. Y siempre nos saludaba a todos sus ex-compañeros de colegio y amigos como siempre.
Es una tristeza que lo perdiéramos como lo perdimos. Pero reconfortan esos millones de metros. Si a su muerte no se le ha hecho justicia, pues se le ha hecho una celebración a su vida que inspiró a muchos niños y muchachos a practicar un deporte y llevar una vida sana en todo sentido.
Hay un compositor cubano que pide que cuando muera no lo entierren sin son. «Si es son mi canto y mi cielo, que no me entierren sin son»
Un homenaje similar fue éste al nadador asesinado. Se celebra en medio del agua al que triunfó en ella. Muy hermoso, muy emotivo.
Me gustaMe gusta
ayer me detuve un ratito mientras cambiaba el semáforo en la esquina donde fué el accidente y recordé sus triunfos y su sonrisa. Que vaina.
Me gustaMe gusta