Botswana tiene un cielo prístino. Es un país seco y las nubes son bienvenidas como la cosa más auspiciosa, porque significa que caerá el agua anhelada. Pula, el nombre de la moneda, significa lluvia en setswana, la lengua local.
Hacia la puesta de sol, la ciudad es envuelta en una atmósfera púrpurea degradándose desde el azul intenso que tiene por techo.
Gaborone, la capital, es chiquitica. 150 mil habitantes.
El domingo la ciudad está desierta. Camino por ella en plena tarde y es como estar en una ciudad abandonada, pero nueva.
Disfruto de la luz al mismo tiempo suave e intensa. Los colores son inesperados. Antiguos. Veo varias iglesias. En días pasados me topé con una mezquita. La fe en estos parajes no falta. Cómo no tenerla con esta luz.
Luz que depara epifanías en el atardecer.
Me enamoro del árbol acá.
De como luce el ocaso más allá, en la línea del horizonte de la ciudad.
Que lugar hermoso, el arbol es una belleza, me parece maravilloso que conozcas todos esos sitios. Saludos
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Aaaaaah Kira, este post es como un vaso de agua fresca, aaaaah, se agradece, tanto el post como saber que estas alli. Un beso!
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Gracias por las fotos Kira, son PRECIOSAS.
Saludos desde Barcelona,
Intoku.
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Qué hermoso. Besos
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Como siempre tus fotos son fantásticas
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Bonitas postales
saludos!
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Hermosísimas fotos!
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Hola Kira, da gusto pasear por tu blog y viajar contigo a través de estas fotos.
Entiendo que estas de viaje y ocupada pero, si te parece bien, me gustaría que pasaras por http://buensancho.blogspot.com/2007/08/thinking-blogger-award.html a «recoger» un justo y merecido «Thinking Blogger Award» que humildemente y con el debido respeto te quiero «entregar»
Saludos.
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