Hace tiempo, en los orígenes de este blog, publiqué una entrada llamada La palabra del día por Ricardo Waale.
Ricardo es un escritor venezolano, excelente cuentista. Y ayer al toparme con estas dos extrañas libélulas, me acordé de él y de ese texto sobre la palabra libélula.
Botswana es tan seca que ver estas libélulas en la fuente de agua del parque de un edificio, me causó cierta sorpresa, especialmente por los vivos colores que tenían, rojo y azul. Aunque debo confesar que por ser la temporada de lluvias, debe haber pocitos por allí de los que no me he dado cuenta y en ellos muchas libélulas.
Me encantan las libélulas.
En Uganda, en mi casa de Munyonyo, alrededor de las cinco de la tarde, el jardín se llenaba de ellas posadas en la grama como pelusitas. Finitas, delgadas, como dibujadas con un lápiz sin color, el cuerpo negrito y las alas transparentes. Era una maravilla verlas levantar el vuelo cuando me aproximaba al portón del terreno a disfrutar de la vista del atardecer sobre el Lago Victoria. Volvía por un segundo a ser niña y sentirme en el umbral de un cuento de hadas.
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Ambas son bonitas Kira! Gracias por compartirlas. Ojalá escribieras una crónica de un paseo tuyo por Gaborone, para darme una idea de dónde estas metida actualmente. Te sigo. Un beso!
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No se porque a las libelulas en ciertas zonas les llaman «El caballito del diablo», aquí en verano hay una epoca en que hay muchísimas, a mi me encantan, y tambien me retrotraen a mi niñez.
Salud, Genín
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