Luz y oscuridad en Dhakshinkali, Nepal
Luego de haber pasado unas semanas medio mal porque no me sentía bien de salud, ayer de repente se me devolvió el alma al cuerpo. Quizás tenga que ver la inminencia de montarme en un avión este jueves para ir a mi último viaje a Botswana, por lo menos en lo que se refiere al proyecto en el que estoy ahora. Tanto de ida como de vuelta deberé pasar un día en Singapur así que aprovecharé para ir de shopping cultural. Comprar algún libro y ver películas.
El cumpleaños lo pasé en Nepal. Tranquilita porque el malestar me acompañó hasta allá y aunque me lo tomé con calma, aún pude tomar unas cuantas fotos que hicieron valer la pena el paseo. Les dejo una muestra.
Budhanath, Nepal
Templo del siglo 12 en Kirtipur, Nepal
Ofrenda de sangre en el santuario dedicado a la diosa Kali (Dhakshinkali) en los alrededores de Pharping, Nepal
Debo un pocotón de fotos en mi flickr pero no las he escogido aún ni optimizado. De Botswana tengo como 700 y de este último viaje a Nepal unas 200. Sin contar otras de Kenya y viajes pasados del 2007 que aún están pendientes, pero ya vendrán tengo el pica-pica de la ansiedad por no haberlo hecho.
Entre tanto siguen mis nostalgias, inventándome planes y proyectos por si un retorno futuro quizás cercano a Venezuela, en la expectativa de vivir el presente y tratar de sentirme bien aunque ya los niveles de saturación con Bangladesh están alcanzando sus niveles críticos… Son los síntomas de este modo de vida, el del expatriado. El primer año es excitación y maravilla, el segundo es adaptación y entendimiento, el tercero es sorpresa y decepción con apreciaciones sobre el país aún equilibradas, el cuarto es «done with it», el quinto es desesperación por irte a un nuevo destino harta de todo lo malo y diferente. Créanme, la maravilla se agota. Con más viajes es que se le alivia a uno el espíritu. Así que tendré dos semanitas de terapia hasta el 9 de junio que estaré de nuevo de vuelta. Botswana me encanta y aunque no me vaya de safari esta vez, sé que la pasaré bien en medio de un paisaje más afín a mí.
Vista del parque-reserva Mokolodi (Mokolodi Game Reserve), Botswana
Feliz cumple, Kira!
No sabía!
Interesante lo que dices de los años fuera del país.
Yo llevo 10 fuera pero no los siento como tal
España no me es ajena.
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Felicidades atrasadas!!!!
Creo que te comprendo muy bien, sentirse expatriado es como sentir vacio, como si te faltaran las raíces….aunque a veces cuando regresas al lugar donde naciste despues de un tiempo, también te sientes extraño…
Un besote y de todas formas echo de menos Bangla en algunas ocasiones
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Preciosas las fotos y me encanta esa arquitectura.
Por lo que dices, se deben limitar la duración de las estancias en países ajenos.
Entenderia que empezaras a organizar tu regreso a Venezuela, es cierto, estoy muy de acuerdo con la idea.
Salud
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Comparto muchas de las cosas que escribes. Llevo mas de una decada viviendo en Japon pero despues de tanto tiempo el encanto se termina. Muchas veces me he sentido como Tu y ciertamente «la maravilla se agota».
Saludos.
http://navegandoentreletras.blogspot.com
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