Este domingo salí del hotel. Me fui al centro comercial próximo, Riverwalk, uno de los 3 o 4 de Gaborone. No alcancé a llegar a la librería a ver qué conseguía para leer. Los comercios cierran a las dos los domingos. Me acababa de terminar Enduring Love de Ian McEwan y la lectura me dejó con ganas de más, con nostalgia por buena literatura contemporánea. Me metí en el cine en alternativa, sorprendida por hallar el estreno de la última de Indiana Jones. Dos horas después, salgo del cine satisfecha y emprendo camino a pie de vuelta al hotel.
Gaborone es casi un pequeño pueblo. Las urbanizaciones, los hoteles, los centros comerciales están como en medio del monte, lo que da sensaciones de amplitud y solitud que favorecen la mirada introspectiva, la concentración en la unicidad -valga la redundancia- de uno.
Aprovecho la luz del atardecer de cristal. Se siente de cristal por lo prístino de la tarde. La atmósfera está limpia, la temperatura friita, la luz acaramelada. Todo se presta para una caminata de reflexión, de sentirme en comunión con lo que me rodea, de paz. Gaborone es quizás la única ciudad de mis viajes de estos años que me inspira esta quietud interior. Es una ciudad para los silencios. Y el resto de lo que he visto de Botswana es igual. Okavango en su protegida virginidad es el remanso que tanto extraño que aún es posible en Venezuela en los llanos o la Gran Sabana o los Andes. Somos privilegiados en nuestra tierra y no lo sabemos.
Camino y me detengo aquí y allá a tomar algunas fotos de los horizontes con los que me topo en contraluz. Me siento afortunada y despreocupada por unos minutos. Minutos que voy reuniendo en la memoria y que hacen llevables el resto de las horas de la vida.
La última foto es de una belleza increíble.
Se ajusta perfectamente a lo que describes…
Un abrazo fuerte, Kira
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Kira! hace tiempo que no pasaba por aqui y a quién me encuentro…? a Lena! :)
me encanta el post! y si, cuando me pregunten que hice hoy en la tarde diré: paseé en Botswana y senti eso que describes. Un abrazo
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Cuando llegue a el mundo del blog , solo lo hice pensando en como critica o hacer algo por lo que creo. así lo he hecho. por esa razón uno se pierde de las cosas buena que hay en muchos blog.
cuando visito el tuyo , que debo decir esta muy lindo y ordenado. encuentro tranquilidad me olvido de las cosas que me enfurecen de mi país. te doy gracias de escribir las cosas que me gustaría hacer y plasmar como tu lo haces ,. aquí consigo la tranquilidad que me da el descanso de saber que hay alguien que disfruta tanto de la libertad.
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Saludos Kira trotamundos
Desde Cocorote te envio un abrazo, esperando que este muy bien
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Esas calles solitarias, ese sol, esas casas de la segunda foto me recuerdan los domingos de Maracaibo.
Es un placer leerte.
Un abrazo.
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Por un momento me transporté y sentí esa paz…buena crónica.
Me dejas con ganas de continuar leyendo.
Saludos
Robert
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Estas fotos y lo que has escrito…todo junto es poesía.
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