Estos días de fuego en los montes.
Estos días brumosos por el humo de la quema, de pulmones congestionados y corazones dolientes.
Son el malestar, son el espejo.
El ahogo y lo que nos pesa.
El sol se muestra con su contundencia circular.
Un botón de oro en las mañanas y de sangre en el crepúsculo.
Para el alma, para el cuerpo.
Atraviesa los párpados y nos roba el sueño.