
Un poco más a la izquierda,
fuera de la foto,
el cielo es una masa gris que no deja ver las montañas
y pareciera que va a engullir la ciudad.
Hacia un lado está el reflejo naranja del sol naciente.
Aunque sometido por las nubes,
se deja entrever.
Hay luz aunque esté oculta.
Cosas de los amaneceres.
Nos recuerdan las reglas elementales de la vida.
A veces hay que mirar hacia otra parte para encontrar lo que buscamos.