
Dos semillas de Caoba.
Perfección aerodinámica, matices de color marrón rojizo. La vaina enrollada luego de liberar las semillas. Dos Chinches del algodón dando continuidad a la vida. La perfección que alcanza la naturaleza. La vida que no se detiene.
Salí al parque a pasear a Kora hace unos días (sola, enmascarada y enguantada) y me tomé el tiempo para ver hojas, bichitos y demás. Y pues, eso, la vida no se detiene y nosotros no debemos hacerlo tampoco. Dentro, en casa, dentro de nosotros mismos, no detenernos.