
me arraigo en lo que sé
presiento los días por venir
quiero hago espero
lloro y río con la vida que me toca
aunque paulatina muera
tengo adicciones:
a la noche
— nostalgia
a la palabra que desflora diariamente
la virtud de una inocencia indeseada
extraño a mis querencias idas
atesoro memorias
acaricio bailo
amo al alma inquieta que me acompaña
staccato, pianissimo y allegro
digo siempre sí
a mí
a ti
a mis afectos
sueño con elevaciones
desastres y maravillas
— en soledad
encerrada en el círculo de mis decepciones y destrezas
hallo refugio en esa mirada que me afirma y libera
mientras vibro encendida ante los roces de la vida