
Este cielo azulísimo lo tomé desde la hacienda La Trinidad, casi una semana atrás. Fue el día después de una lluvia intensa. El cielo tenía absoluta nitidez, todo lo verde estaba brillante y las nubes refulgentes. El sol picaba.
Qué suerte tener un día así. Vivir en el trópico y experimentar la belleza de un día como ese.
Por un instante se olvida todo.
Pocas veces nos detenemos a pensar que la naturaleza tiene su propio calendario.
Uno sólo tiene la suerte de atestiguarlo.
Nada más.
Luego, viene el reality check.
Nos queda la imagen para el recuerdo y un momento de abstracción.
Hermosa foto. Es una vista al alcance de todos, pero no todos saben disfrutarla como tú
Es tu ojo el que la vuelve maravilla
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Gracias, Luz Marina.
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