No he estado muy elocuente. Más bien como echada pa´dentro. No he tenido ganas de comentar lo que ocurre en este blog porque la verdad es que la inmediatez de todo no da como para madurar una reflexión. Uno vive una suerte de estado de alerta continuo que aparte de extenuante se me antoja poco productivo. No creo que valga la pena saltar ante cualquier cosa que dice el gobierno y la oposición con una respuesta presta y quizás equivocada por lo inmediata. Pero al mismo tiempo es difícil estar indiferente y por ello se me hace conflictiva la escritura en el blog. Por un lado deseo poner entradas de cosas sobre las que me gusta hablar y por otro me parece que no queda bien cuando están pasando tantas cosas no sólo en el país sino en el mundo. Pero para qué aumentar el ruido cuando hay ideas bien claras por allí. En todo caso para las quejas y la opinión retomaré el otro blog Anotaciones al borde.
No he escrito por ello. Pero ya lo iré remediando.
Por esto es que he andado silenciosa. Mi contribución sería mínima si no inexistente para reducir el ruido de la maraña de opiniones. Pero drenaré algo en el otro blog y quizás ello me permita deslastrarme para continuar en éste con cosas menos onerosas para el estado de ánimo.
