Categoría: Política

Sumarse al sí

 

Entre todos los casos de intimidación llevados adelante por vía legal dos de los más relevantes son los del Alcalde Radonski y la Asociación Civil Súmate.

 

Bajo evidencias dudosas y basadas en un “porque lo digo yo”, las acusaciones se presentan absurdas y fácilmente desmontables bajo sólidos argumentos legales y evidencias que están a la vista de todos.

 

En el caso de Súmate la acusación de traición a la patria es sencillamente absurda en las presentes circunstancias, porque finalmente, ¿qué es hoy patria? ¿Qué significa para nosotros hoy como venezolanos la palabra patria?¿Qué visión nos evoca?

 

Hace unos 4 años me atreví a decirles a unos amigos durante una visita a Venezuela, que después de ver las cosas desde afuera (durante mi estadía en un país inmensamente pobre en África) me parecía que nuestra visión del país como gente de clase media con ínfulas de alta era muy diferente a lo que percibía la gran mayoría de los venezolanos en situaciones desventajosas en lo social y económico. Y que esa era una de las razones de la existencia del chavismo. Todos me saltaron encima diciéndome que estaba totalmente equivocada. Hoy creo que no lo estaba y el tiempo me ha dado razón cuando opinólogos y analistas llegando a la misma conclusión, hablan de los “excluidos” y de los planes de “consenso” para el país.

 

El hecho de percibir el país de forma diferente forma parte de nuestras realidades personales ineludibles. Es fácil decir que no hay racismo si no se es de Barlovento o nunca nadie le ha llamado “niche” en su vida. O que se necesita de una política de “inclusión” para que la gente no se alebreste otra vez y elija un “wannabe” de caudillo en alguna elección futura llevándonos de nuevo por el barranco del desorden y la arbitrariedad. Esta percepción es la de la gente que ha sido favorecida por la vida gracias a su trabajo o el de sus padres. Sin embargo, hay gente que ha trabajado duro toda su vida y sigue siendo pobre. Otra que se ha educado y a pesar de que también trabaja duro no ha podido mejorar su nivel de vida. Y esa es la situación de la mayoría del país. Ya sea que el trabajo sea informal, doméstico, como obreros, técnicos medios, o incluso profesionales, la mayoría de los venezolanos no vemos ni veíamos luz en contraste con el despilfarro y la corrupción rampantes.

 

Las leyes si nos amparaban y nos amparan todavía, pero la corrupción y el pillaje han disuelto la ética y la moralidad de la práctica política y el servicio a la nación. Las leyes son letra muerta en papel desechable.

 

En gran medida, todos tenemos una percepción de país que no se apega al conjunto de distintas realidades que conviven en él. Esas distintas percepciones basadas en la experiencia de vida son hoy más acusadas y es lo que nos separa. En el futuro lejano, Chávez será un elemento anecdótico, porque sus promesas de bienestar, orden y lucha contra la corrupción nunca se realizaron. Su república no es al final muy diferente a la interior. Visto desde la barrera él no ha sido sino más de lo mismo pero sin pudor y control.

 

La idea de patria que tengo no es consistente con la realidad porque es la que añoro desde la distancia, la cual por supuesto es ideal y no puedo identificar con la que se lee en los periódicos, ni con la que otros viven in situ día a día. A veces me sorprendo a mi misma despotricando de las prácticas de corrupción o los abusos de poder en los países donde he estado y leo de situaciones similares en la prensa venezolana en distintas magnitudes. A veces hasta Bush se me parece a Chávez, cuando hace maromas para justificar su guerra en Irak o hacerse el inocente con las torturas a los presos y la irregularidad jurídica de Guantánamo. Los dos tienen cara pero juegan en distintas ligas.

 

Entonces, ¿cuál es la patria de Chávez cuando acusa a Súmate? Yo se que la mía no ha sido traicionada por la Machado y su equipo que han demostrado que con seriedad, compromiso y profesionalismo se puede establecer sistemas de práctica democrática sin necesidad de estratosféricas sumas de dinero. Súmate es un ejemplo de parte de esa idea de patria que tengo en la cabeza. Gente joven, profesional, con ética que ha demostrado que se puede participar en el desarrollo de la democracia en el país sin teñirse de politiquería y sin necesidad de hablar el tan cacareado “lenguaje del pueblo” que llaman algunos, como si los venezolanos fuéramos vulgares por idiosincrasia.

 

Súmate es culpable de hacer algo que otras asociaciones alineadas con el gobierno también han hecho. Organizaciones tales como Acción Campesina, Consorcio Justicia, y Liderazgo y Visión han recibido respectivamente $58,000, $14,412 y $42,207 para sus programas. Estos deben tener entre sus objetivos también fomentar la democracia, porque si no, cómo se explica que hayan recibido ese dinero de parte de la National Endowment for Democracy.

 

La información acerca de los aportes de la NED en Venezuela, se puede leer en el siguiente enlace http://www.ned.org/grants/venezuelaFacts.html. ¿Será que los fiscales acusadores nuestros no tienen acceso a la red de Internet para acusar a las otras instituciones de traición a la patria? Y si las otras organizaciones que reciben aportes se avienen a la idea de patria del gobierno, entonces ¿cómo acusar de intervencionismo al gobierno gringo a través de la NED?

 

Traición a la patria es una acusación discutible entonces porque la idea de patria es diferente para el gobierno, el vecino abstencionista, los ni-ni, la FAN, los oligarcas, los escuálidos, los golpistas, aporreadores, opositores, la de Salas Römer, Mendoza, Diosdado, Rangel, Maza Zabala, a la de los venezolanos en el exterior, los del mundo y los vernáculos.

 

Mientras no tengamos una idea de patria igual para todos, la acusación a Súmate es totalmente absurda e improcedente. Mientras no tengamos una idea de patria igual para todos, seguirá la división y la evidencia de todo lo que nos separa y disgrega como pueblo. La única posibilidad de construir una patria para todos es a través del rescate de nuestras instituciones y poderes públicos, respetando sus marcos legales y autonomías, donde el presidente esté conciente de que está al servicio de un pueblo que lo eligió pero que también lo puede despedir si no cumple.

 

Sumarse al sí en este revocatorio es sumarse a la construcción de una sola idea de patria. Las bases están echadas para consolidar el poder de decisión y participación de la gente. Elegir el no, es elegir la idea de patria del gobierno donde quien disiente es traidor, es elegir quedarnos en el pasado, en las divisiones y diferencias, en distintas patrias.

 

En las democracias disentir, discutir opciones y llegar a decisiones que amparen y beneficien a la totalidad de sus ciudadanos es lo que las enriquecen y hacen crecer. Reconocer sus errores y enmendarlos es lo que las hace progresivamente mejores.

 

Súmate es un pequeño ejemplo de lo que potencialmente podemos dar al país. Y su actual situación un ejemplo de lo que no debiera pasar. Sumémonos al sí.

 

Publicado en www.analitica.com

 

Estamos jodidos con o sin revocatorio, o extraño homenaje a Uslar

Arturo Uslar Pietri
Arturo Uslar Pietri

Recuerdo cuando nos escandalizamos el día que Uslar nos llamo «pendejos» en un artículo o entrevista. No recuerdo ahora el contexto ni el medio pero sí la alarma que provocó la trasgresión del viejo patriarca de nuestra cultura.

Recuerdo cuando en la Escuela de Comunicación Social en la UCV nos prevenían contra el uso de muletillas, palabrotas y groserías en los artículos porque los desmerecian y nos quitaba autoridad intelectual. Uslar de un plumazo nos dio patente de corso.

Hoy el Vicepresidente nos dice que con o sin firmas estamos jodidos. O sea.
Y me disculpa el Vicepresidente de esta nación, pero creo que porque estamos jodidos fue que firmaron los que pudieron. Y porque estamos jodidos es que repararon sus firmas los que pudieron reparar, porque el CNE jodió a unos cuantos anulándole las firmas sin ninguna razón aceptable.

Y bueno, cómo es eso de que estamos jodidos con revocatorio o sin él. Será porque no tenemos solución como país. Será esa una admisión de las fallas de este gobierno. O de sus objetivos, los cuáles serían ¿joder por joder?

La palabreja da para todo. Lo que es jodido es que el vicepresidente de una nación use ese lenguaje para decir: ¿Que no tenemos solución? ¿Que las iniciativas civiles y cívicas, apegadas a las leyes y al derecho constitucional sólo sirven de papel higiénico?

Desde el famoso «pendejo» usado por Uslar, todo el mundo se relajó en el país y el lenguaje dejó de ser cuidado y apreciado como instrumento para construir. Incluso los periodistas no sólo usan palabrotas sino además usan palabras «domingueras». Esas que suenan cultas y se usaban en el pasado en los encuentros de la misa entre la gente que iba a lucir sus mejores trajes, los trajes de domingo.

Hoy esas palabras no tienen lustre de domingo, ni son usadas apropiadamente y lo que se dice no tiene ningún significado dentro de lo que está pasando. El Vicepresidente ha dejado el traje olvidado y el uso del lenguaje también.

Unos me dirán que ese es el lenguaje del pueblo y yo les diría que menosprecian a ese pueblo, lo subestiman y no lo aprecian en ninguna medida. No sólo eso, sino que con el uso de ese lenguaje evidencian una absoluta falta de respeto a ese pueblo, es decir, a todos. Es lo mismo cuando alguien dice que el venezolano es flojo y no se ha pegado una cola desde Charallave o Guarenas para venir a Caracas todas las mañanas a trabajar. O no ha visto la cola a las 6 de la mañana en la puerta del Metro de Petare.

¿Por qué seré que nos queremos tan poco y toleramos que el Vicepresidente diga oficialmente que estamos jodidos con o sin revocatorio? ¿Por qué será que hemos perdido respeto por nosotros mismos y nuestras instituciones? ¿Por qué será que el Vicepresidente se permite usar ese tipo de lenguaje para dirigirse a sus oponentes y la nación?

Este es un extraño homenaje a Uslar, porque con su «pendejo» permitió el bochinche con el lenguaje, y sin querer destapó la caja de Pandora de nuestros males que día a día se evidencian en cómo usamos nuestras palabras. Su «pendejo» flexibilizó nuestro uso del lenguaje, el cual eventualmente ha sido objeto más de abuso que de otra cosa. Las palabras son poder y ese poder está corrupto.

Para mí sin duda, con o sin revocatorio, estamos jodidos, pero por otras razones.

Publicado en www.analitica.com y www.despuesdechavez.com

Entre dimes y diretes, o montajes te veas.

Él dijo, el otro dijo también, el de más allá contestó y dijo otra cosa que era igual. Al día siguiente otros dijeron más cosas que eran todas iguales.Y así se nos va el tiempo y se ocupan páginas en los periódicos, tiempo de radio y televisión, hypertexto en la Internet de pura palabra hueca. Lo más grave: a la gente se le está acabando la paciencia y tolerancia de que la crean estúpida sin distingo de clase, raza, religión o sexo.

No se eximen de ello ninguno de los dos bandos.
La decencia no entra dentro del vocabulario ni del comportamiento.
Hay muertos que al parecer no se enteraron nunca de que fueron parte de un montaje del gobierno o de la oposición. Torturados cuyas heridas tanto en su cuerpo como en su dignidad fueron producto de maquilladores expertos de cuerpos y almas, miembros clave del equipo del montaje. Videos que fueron «montajes» producidos en vivo y vía satélite y/o microondas. Grabaciones privadas (ajá, ya me van agarrando el ritmo) producto ¿de qué? Pues de un montaje.

Y es que al parecer ya no tenemos políticos en el país sino expertos montadores de espectáculos, tramas, chismes, y triquiñuelas de distinta envergadura y ralea para seguir entrampando al país en el lodo de la falta de dignidad, decencia, honestidad e irrespeto a los demás.

Pareciera que no se tratara de salvar un país de la debacle social y económica a la que se dirige, la cual ya trasciende revoluciones o números de repúblicas que encaramarle encima. El país está arruinándose y punto. La responsabilidad, siento decirlo, es de todos los actores, palabra que cae de perlas a la otra de montaje.

De todos. Todos somos responsables cuando nos empatamos en la histeria y la retrechería y perdemos las perspectivas por arranques emocionales en vez de echarle cabeza al asunto y poner por sobre todas las cosas el sentido de la decencia.

La noticia de los soldados quemados exige la decencia de declarar una investigación exhaustiva y castigar a los culpables sean quienes sean, porque cometieron un delito. Toma apunte gobierno.

La noticia de paramilitares colombianos en el país y su captura exige la decencia de repudiar el hecho y establecer que Venezuela no desea salidas violentas y que repudia el intervencionismo de ciudadanos colombianos en nuestros asuntos internos así el presidente venezolano apoye de hecho o palabra a la guerrilla colombiana. Toma apunte oposición.

Y esa decencia es exigida no de boca para fuera, porque lo que tenemos ya no es un juego de estrategia política sino un circo entre la coordinadora democrática y el gobierno con todos los dimes y diretes acerca de montajes y mentiras.

En el caso de la coordinadora, le hace falta saltar de la fase de coordinación entre las partes a unidad entre todas las partes. Pero qué difícil dejar los egos de lado, los protagonismos. Me pregunto si de verdad hay alguien con verdadera vocación de servicio para el futuro y con la suficiente inteligencia de usar su lenguaje de forma de no insultar rampantemente al presidente y evitarse así darle la excusa para una orden de arresto por terrorista, incitación a la rebelión, etc. ¿Qué utilidad tiene un líder en la cárcel por unos meses o años, a menos que sea un mártir o se ofrezca para hacer el montaje de que en Venezuela se persiguen a los líderes políticos? ¿Ven que fácil es cranearse lo de uno de estos shows?

¿Cómo escoger entre ambos bandos cuando dicen la misma cosa? ¿Qué credibilidad para el ciudadano preocupado por su país ofrecen estos personajes entre gobierno y oposición? ¿Y es que todavía se extrañan de que hayan más ni-ni que otra cosa? Los ni-ni son el tercer axis del escenario político venezolano, son el equilibrio y en donde en realidad se encuentra el poder, no sólo electoral sino el de recuperar al país en el futuro, porque obviamente son más inteligentes y no se creen ni uno solo de los montajes vengan del bando que vengan. Consideran al país su hogar y no una gallera.

No quiero desmerecer los esfuerzos de la coordinadora y los logros alcanzados por ella. Pero la gente está harta de ver a los líderes de partidos y movimientos jugar con la posibilidad del «después de Chavéz me toca a mí». Líderes que no parecen diferenciarse en nada ideológicamente y los cuales en vez de tener una posición seria, serena e inteligente ante las circunstancias que se van presentando, se les ve engarzándose en discusiones inútiles que los disminuyen.

La muerte de los soldados y demás víctimas de estos dos últimos años no pueden usarse para propaganda o proselitismo. El dolor de la gente es sagrado y sagrado debiera ser el compromiso de esclarecer las cosas y no puede haber en esto distingo de bandos. Asimismo, la integridad de nuestro territorio no puede ser violada, ¿Cómo es eso de que paramilitares colombianos vienen a matarnos al presidente así no nos guste? Y ojo con lo que están pensando porque todo asesinato es un crimen y no repudiarlo nos hace criminales también. En suma dejen de engancharse en el juego del dime y direte del montaje. Porque si es uno de verdad se caerá solo al no haber otra acusación de respuesta sino la solidaridad y el repudio al hecho. La actitud defensiva e histérica despierta dudas.

No a la violencia. Sí, a la salida democrática y civil.
Las dos son a prueba de montajes pero requieren de paciencia, inteligencia y, por encima de todo, escrúpulos dictados por el sentido de decencia humana.

La importancia de ser ni-ni

He leído muchos denuestos contra los ni-ni. De los que no están ni con uno ni con otro bando. Denuestos que no entiendo. Que no entiendo porque estamos supuestamente en una fase en la vida del país en donde son necesarios la tolerancia, el respeto y la reconciliación. O por lo menos eso es de lo que habla todo el mundo, el oficialismo, la oposición y los demás y especialmente los que critican a los ni-ni.

Venezuela ya no volverá atrás porque dejó de ser inocente. La gente pensaba antes que con votar tenía y que si no lo hacía no importaba porque igual el juego democrático era como un juego por turnos: hoy me toca a mí y mañana a ti, y porque los vicios de corrupción opacaban todo esfuerzo de progreso. De los que votaban muchos tenían carnet de partido o eran “simpatizantes independientes” si es que tal cosa existe realmente.

Defenestrar de los cuarenta años de democracia es absurdo porque todos nos beneficiamos de ello. Yo no he conocido otra cosa, ya que nací en ella y es lo que me permite disentir o estar de acuerdo o quedarme callada si así lo considero. Es mi derecho. También esos cuarenta años me permitieron estudiar; elegir por nombre y apellido; moverme libremente por el país o hacia fuera; gozar de una buena infraestructura en electricidad, agua y comunicaciones entre otras. Esos cuarenta años permitieron salir del atraso a la Venezuela rural de la primera mitad del siglo veinte, atraso comparable hoy al de la mayoría de los países africanos. Sabemos de las fallas, de lo que no se hizo, pero creo que eso no debiera desmerecer los logros.

No me cabe duda de que la mayoría de los venezolanos queremos a Chávez fuera del gobierno, del poder tras bambalinas y de Venezuela. De ser posible juzgado por los crímenes cometidos en estos 5 años, en caso de que se prueben, sin derecho a amnistía. A pesar de los desmanes de anteriores gobiernos no hay punto de comparación para el nivel de irrespeto y desinstitucionalización que ha sufrido el poder ejecutivo, y el nivel de desmadre que tenemos ahora en todas las instancias de la vida nacional.

No creo que los ni-ni sean abstencionistas ni cómodos en su posición, sino más bien completamente demócratas y concientes de que su decisión está basada en criterios y no en la rumba que se puedan pegar en una romería, que no se dejan comprar por una “misión” o la atención de un médico cubano o promesas populistas de cualquier candidato.

La gente exigirá de los candidatos experiencia, resultados y trayectoria en el servicio público, es decir por el país. Además de un comportamiento honorable y a la altura de la investidura que les toque ejercer.

El hecho de que un porcentaje considerable de la población votante no se anote con un bando en particular es bueno para Venezuela. Sano, necesario, para que se acabe este extremismo intolerable e intolerante que no admite disensión y que dice respetar al contrario mientras lo insulta: ¡Claro que te respeto!, ¿no ves que te lo estoy diciendo, imbécil escuálido y/o chavista ignorante?.

Una cosa es restrearse en contra de Chávez, otra a favor de la “oposición” como bloque si no convence con su oferta. El pueblo en estos momentos sí es soberano porque tiene poder de decisión. Gracias, Chávez, por poner la palabra soberano en movimiento, porque hay que ver que ahora sí que tiene significado, sobre todo para tí. A partir de estos momentos sea por elecciones o en revocatorio cualquiera puede caer si no entrega resultados. Ese es todo el asunto.

La gente no quiere cometer más errores electorales, y si los comete ya sabe que los puede corregir. La nueva constitución para desgracia de todos los erotómanos del poder lo permite y seguirá permitiendo porque los derechos ganados no se dejarán perder.

La importancia de ser ni del chavismo ni de la oposición es que ese porcentaje de gente decide al final, garantizando nada para los partidos. Será el trabajo de ellos convencer con acciones en beneficio de la gente si son merecedores de ese voto de confianza.

Muchos ni-ni firmaron y votarán por el SÍ en el revocatorio, por un acto de conciencia y responsabilidad civil.

Yo soy ni-ni porque no le admitiré a nadie que me diga por quien debiera votar o no o cuáles debieran ser mis razones, porque son eso, mías y estoy en mi derecho de hacer con ellas lo que me plazca. Tampoco me emplazará quien me diga o estás conmigo o eres mi enemigo. Ese es el principio del marasmo en el que el mundo se encuentra es estos momentos en círculos concéntricos envolviendo la política mundial, la nacional, regional, las relaciones comunitarias, religiosas, personales y familiares.

La importancia de los ni-ni es que su prominencia como poder elector obligará a los partidos a andar derechos, porque ya no saben cuando será su turno en el juego democrático.

Publicado en www.analitica.com