El post anterior ha generado unos buenos comentarios, especialmente el de Bureado y un post de RomRod, El riesgo de expresarnos libremente.
RomRod habla de expresarnos a pesar de todo, como una manera de reforzar el principio del derecho que tenemos a ello libremente y dice:
«Si Miguel está siendo acosado y amenazado por lo que dice con todo derecho, aún cuando pudiera estar equivocado o parcializado que es su derecho por supuesto, es bueno que sepa que cuenta con más recursos de lo que cree y que hay gente de ambos bandos que apoya la libertad plena de expresión. La mayoría de los que escribimos estos blogs no somos periodistas ni abogados y no sabemos ni papa de la diferencia entre opinión e información o entre un insulto bien merecido a un canalla o la difamación, simplemente queremos decirle al mundo que la libertad de expresión es un derecho y que opinar y cuestionar a los que ocupan puestos públicos no solamente lo consideramos un derecho sino también una obligación y si estos personajes no les gusta pues que se la calen porque están para responder al pueblo y para que el pueblo los controle no para que ellos controlen al pueblo.»
Bureado dice:
«…la posición de liderazgo del Gobierno la ha ganado en gran parte gracias a la expansión de su plataforma comunicacional a Internet. Sin duda alguna hoy en día hay un equilibrio de fuerzas en Internet, anteriormente estaba en manos de los que se oponen, hoy está parejo pues el Gobierno tiene una fuerte red de páginas web, diarios, noticias, boletines y foros. En fin, es cuestión de tomárselo con calma, defender lo que uno piensa sin entregar aquello que precia más que lo que digan una o dos personas, y seguir trabajando.»
En principio ambos tienen razón. Habría que seguir posteando y defender lo que uno piensa y además tomárselo con algo de calma.
Sin embargo, a RomRod le digo que siendo el blogueo una práctica nueva y una nueva tecnología, no tiene un marco legal claramente discernido y aplicable aparte del copyright o derechos de autor, ni en Venezuela ni en el resto del mundo. Eso de un diario personal público con la inmediatez que brinda internet no existía hace unos 6 años más o menos y como medio de comunicación popular es nuevo. Creo que es muy posible que se le apliquen en el futuro disposiciones semejantes a las del periodismo, es decir, no podrás decir que x o z es un ladrón solo porque antes de tener un cargo gubernamental no tenía apartamento y ahora tiene un penthouse en la mejor urbanización de Caracas, etc. Hay que tener conciencia de que, por muy personal que sea tu medio, sigue siendo un medio, por lo que hay que asumirlo responsablemente conociendo las leyes y sus limitaciones. Por varios precedentes en casos internacionales en los que se han sentado jurisprudencias -aunque no eran blogs-, ya no importa si el sitio esta físicamente localizado fuera de tu país: si la audiencia del medio es nacional en su mayoría, la ley de tu país aplica.
A Bureado puedo decirle que como tengo tiempo que no estoy en Vzla, la bilis y las canas es por la angustia e impotencia que produce en la distancia todo lo que uno recibe de las noticias y los comentarios de amigos y familia. Nada más.
Es indudable la base social que tiene el gobierno y la eficiencia, inteligencia y lucidez en haber aprovechado la plataforma comunicacional que se ha construido y sigue expandiendo. El resultado del referendo apagó la beligerancia en la oposición. Porque a pesar de que ésta sospeche/crea en un fraude y de las ambigüedades en la Ley de Responsabilidad Social de los medios, el nuevo Código Penal, etc., la mayoría de la gente sigue acatando las leyes y las instituciones aunque no funcionen bien. Es decir, no habrá otra vez desobediencia civil, como con la huelga petrolera, con la cual la población opositora aprendió una lección amarga, y ya estamos viendo a las televisoras y radios moderándose no sólo en su programación sino en lo que dicen los comentaristas.
Pero falta entrar en una fase de diálogo y conciliación. Hasta ahora el diálogo que se quiere entablar es el de se hace como dice el gobierno y no como podamos acordar entre las partes. Lo cual de paso es lógico dentro de la estructura del proyecto revolucionario. Con la revolución ya hay un agenda previa, un plan prestablecido. Por lo que no hay nada que discutir ni acordar. Suena contradictorio dentro de un sistema de democracia participativa, pero es lo que se ha podido apreciar que sucede cuando los actores se reúnen a discutir.
Si se administrara justicia con «justicia» en los casos de las muertes dolorosas, evitables e innecesarias que han habido hasta el momento el país entraría en una fase de reconciliación, y los sectores opositores estarían más inclinados a integrarse y colaborar en los procesos de desarrollo con los que están de acuerdo dentro del plan de la revolución. Pero eso no ha ocurrido y más bien vemos afán por castigar el pasado político de opositores en vez de hacer una amnistía con gente que ya ha sido re-derrotada y la cual difícilmente levantará cabeza políticamente.
Entonces, por todo lo anterior, creo que es preocupante que a Octavio lo hayan amenazado a estas alturas. Es decir, ahora ya tenemos precedente en este medio tan nuevo y poco conocido en Venezuela como los blogs. Octavio es un bloguero con mucha audiencia pero en la realidad con un medio que no tiene impacto masivo como la TV, la radio o un periódico y además escrito en inglés. Es decir, su audiencia es muy exclusiva, porque tiene que hablar inglés, interesarle Venezuela y por supuesto tener acceso a computadoras. El impacto de The Devil’s Excrement es en ese sentido muy especializado y sin embargo, alguien se toma la molestia de amenazarlo. ¿A quién irritan sus comentarios? Coincido con Bureado que hay que tomárselo con calma porque como le dije a Octavio en su blog puede ser sólo un bluff y de repente producto de algunos malempatados del proceso a ver si de verdad se atemoriza y logran que se autocensure.
Sin embargo, ser prudente -más cabeza fría- y ver adónde llevan las nuevas leyes y como son aplicadas es ya un acto de autocensura y que estoy recomendando no por paranoia sino porque hay otros precedentes: a Israel Centeno, escritor, lo amenazaron con llamadas y finalmente con un cuchillo en el estacionamiento de su casa; a Milagros Mata Gil, escritora, a quien en El Tigre, según leí, le ametrallaron la casa; a Luis Brito, fotógrafo, a quien agredieron dentro de su casa, amén del cuasi atentado a la Colomina, y otros casos que se me escapan. No está de más ser prevenido y preguntarse seriamente si el riesgo vale la pena si las cosas se ponen difíciles.
El derecho a opinar y expresarse libremente es de todos y no es un derecho con color político. En eso estamos claros. Pero porque estamos claros y en desventaja en la democracia que vivimos en la Asamblea, en la Corte Suprema, en el CNE, en las gobernaciones, y en el resto de los poderes tenemos que ser prudentes porque no sabemos cuando se hará más o menos participativa en esta revolución.